Galicia registró 1.948 accidentes de trabajo el año pasado, siete de ellos
de consecuencias mortales.

Pontevedra es la provincia que tiene peor índice de siniestralidad, con 559 accidentes
de trabajo de los que 4 han sido mortales.
Le sigue A Coruña, con un total de 761 y 1 mortal; Lugo y Ourense con, 394 y 234
accidentes, respectivamente, ambas con un autónomo fallecido.

A NIVEL NACIONAL
 EN 2022 LOS ACCIDENTES DE TRABAJO DE LOS TRABAJADORES POR CUENTA PROPIA
HAN AUMENTADO SIGNIFICATIVAMENTE HASTA ALCANZAR LOS 32.372
2022 ha sido un mal año en relación a la estadística de accidentes de trabajo que ha facilitado
el Ministerio de Trabajo y Economía Social como avance de enero – noviembre de 2022.
Los accidentes de trabajo de los trabajadores autónomos han superado los 32.370, casi 600 más
que en 2021. De éstos, 76 han sido mortales, un 15,2% más que el año pasado y 32.370 han
conllevado baja, siendo más de 670 calificados como graves.
En términos absolutos, los sectores más afectados siguen siendo la construcción, con un
aumento en la siniestralidad del 1,5% y el comercio y reparación de vehículos a motor, si bien
este último ha descendido respecto a 2021 en un 2,7%. Sin embargo, en términos relativos, la
hostelería y el transporte, son los sectores en los que más ha aumentado la siniestralidad con
un incremento del 8,8% y el 7,7%, respectivamente.
Por territorios, Andalucía es la que lidera este siniestro ránking, con casi 6.000 accidentes,
seguida de Cataluña que supera ligeramente los 4.200 y de la Comunidad Valenciana que supera
los 3.200.
Eduardo Abad, presidente de UPTA,” no es asumible ni un minuto más la cantidad de accidentes
de trabajo graves que está padeciendo el colectivo. Los autónomos no solamente sufrimos el
estrés y las enfermedades profesionales, sino que además, ha aumentado el riesgo real de sufrir
un accidente de trabajo grave o mortal de nuestro colectivo. Por ello, le pedimos al Ministerio
de Trabajo y Economía Social, al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo y a las
Comunidades Autónomas, que redoblen los escasos esfuerzos que hacen, para poner en marcha
políticas efectivas que disminuyan de forma ostensible y gradual la aterradora siniestralidad que
está sufriendo el trabajo por cuenta propia.
En muchas ocasiones, detrás de estos datos se encuentran falsos autónomos o autónomos que
trabajan en unas condiciones de precariedad desde el punto de vista de la prevención. Y esta
precariedad es debida fundamentalmente a que la subcontratación de los servicios se hace en
unas condiciones absolutamente inasumibles, tanto por los contratos leoninos que se ven
obligados a firmar con otras empresas como por los tiempos de ejecución y entrega de los
mismos. Por eso pedimos a las Administraciones que sean sensibles a este incremento de la
siniestralidad en el trabajo autónomo que produce unos efectos absolutamente perniciosos en
la salud y en la vida de nuestro colectivo”.