La escalada imparable de precios que estamos viviendo por causa de la invasión rusa a Ucrania está haciendo que se tambalee de nuevo la economía española, sobre todo para aquellos que tienen como gasto ineludible para el funcionamiento de su actividad la energía eléctrica o los carburantes.
Cafeterías, restaurantes, pequeño comercio, transporte de mercancías o viajeros, taxis, profesionales de la construcción, servicios profesionales, entre otros. Nadie escapa.
Hasta que la UE adopte medidas contundentes para dejar la dependencia, casi absoluta, del suministro de gas y petróleo de países que están en el centro del conflicto, nuestro gobierno tiene que tomar decisiones urgentes en materia económica y en articular mecanismos de protección para los autónomos y pequeños negocios.
Eduardo Abad, presidente de UPTA España, «no está en juego solo la productividad de las grandes empresas, también la continuidad de miles de pequeños negocios que viven de la venta de productos o servicios al consumidor final. Desde UPTA pediremos urgentemente una reunión con el ministerio de Economía, debemos adelantarnos a los cierres y a miles de bajas en el RETA, nuestro colectivo no aguantará un asalto más».
