Eduardo Abad, presidente de UPTA España, «es imposible competir con los que proporcionan los productos; las estrategias comerciales de los fabricantes pasan por saltarse a los pequeños comercios a través de operaciones de venta directa on-line o venta en plataformas propias o agrupadas. Además, algunas de estas plataformas tienen sus sedes sociales en paraísos fiscales, no tributan en España y simplemente cobran una comisión por venta que se diluye fiscalmente».
La misma fábrica que vende al detallista con un precio determinado y con unas exigencias para poder vender la marca, hace una competencia desleal al pequeño comercio.
La ambición de las empresas fabricantes pondrá fin a miles de puestos de trabajo por cuenta ajena y por cuenta propia. La situación de estos establecimientos es límite, no encuentran soluciones dialogando con los fabricantes y la falta de implicación de las patronales hace que la solución no sea nada fácil.
Estos fabricantes establecen calendarios de promociones, «rebajas» on-line, de forma recurrente, en las que los precios de venta son inferiores a los precios de compra de los pequeños comercios, sabiendo que el pequeño comercio compra con un decalaje temporal de seis meses.
Las condiciones de pago de estos comercios son prácticamente al contado o con garantía de crédito y caución, lo que significa que el proveedor siempre asegura el cobro, en tiempo real, de la cuantía económica de la venta realizada.
Los fabricantes llegan al extremo de asegurar, mediante el establecimiento de Códigos QR en las propias cajas del producto con promociones económicas especiales, que la próxima compra que se realice on-line directamente a la fábrica.
UPTA estudia posibles acciones legales para poner fin a esta situación, que claramente está perjudicando la debilitada economía de estos pequeños establecimientos.